5.8.09

Los soñadores

"[...] ...En cuanto a Sherman Hillary, no creo que haya problema alguno. El soñador volverá.

—¿Cómo lo sabe?

Weill sonrió. Sus mejillas se contrajeron hasta convertirse en un a red de finísimas líneas.

—Mire, Frank, muchacho, entiende usted mucho de redactar y editar ensueños. Por eso, se cree que conoce todos los engranajes, herramientas y máquinas del oficio. Pero permítame que le diga algo. La más importante herramienta en el negocio del ensueño, la constituye el propio soñador. Hay que comprenderle a fondo... Y créame que yo les comprendo. Escuche, siendo yo joven -no había cinco ensueños entonces-, conocí a un individuo que escribía guiones para la televisión. Se quejaba con gran amargura de que, cada vez que conocía a alguien y descubrían a qué se dedicaba, le decían: «¿Pero de dónde saca usted todas esas chifladuras...?» Para ellos resultaba de una absoluta imposibilidad incluso imaginárselas. Así pues, ¿qué podía responder mi amigo? Me habló muchas veces de eso. Me confiaba: «¿Cómo contestarles que no lo sé? Cuando me acuesto, la cantidad de ideas que me bullen en el cerebro me impiden el sueño. Cuando me afeito, me corto; cuando hablo, pierdo el hilo de lo que digo, y cuando conduzco..., arriesgo la vida. Y siempre, siempre a causa de las ideas, situaciones y diálogos que se entretejen y se agitan en mi cerebro. No sabría decirle de dónde saco mis ideas. En cambio, tal vez me pueda decir usted de qué truco se vale para no tenerlas. Tal vez así conseguiré por fin un poco de paz...»
Ya ve pues por dónde va la cosa. Usted, Frank, puede dejar de trabajar aquí cuando quiera. Y también yo. Para nosotros esto significa nuestro trabajo, no nuestra vida. Las cosas son muy distintas para Sherman Hillary. Vaya donde vaya y haga lo que haga, siempre habrá de soñar. Nosotros no le retenemos contra su voluntad... Nuestro contrato no le encierra tras unos muros de hierro. Es su propio cerebro el que le aprisiona, Frank. Volverá. ¿Qué otra cosa puede hacer?

Belanger se encogió de hombros.
—Si lo que dice es verdad, lo siento por él.
Weill asintió melancólicamente.
—Y yo lo siento por todos ellos. En el curso de los años, he descubierto una cosa; que eso es lo que les corresponde: hacer felices a las personas . . . A otras personas."

[Isaac Asmiov]

Este fragmento
(que espero, hayáis leído) está sacado de un cuento de Isaac Asimov, "Soñar es un asunto privado".

Lo terminé de leer esta noche y, personalmente, me encantó. Os lo recomiendo con toda mi alma, como cualquier cosa que Asimov haya escrito. Pero si cito este fragmento final y no otro es por una razón. Me encanta escribir. Disfruto escribiendo las cosas que se me pasan por la cabeza, que lamentablemente y habitualmente son demasiadas, por lo tanto nunca llego a ponerlas todas por escrito (algo que siempre pesará sobre mí).

Algún día, algún día enseñaré al mundo mi mundo particular. Y espero que eso pueda hacerlo un poco más feliz.

Hasta entonces, aquí nos vemos mundo.

3 comentarios:

  1. Estaba con ganas de empezar a leer un libro interesante antes que ya no me alcanze el tiempo xD creo q me gustaria empezar con uno asi.
    Que seria del mundo con tantos mundos particulares mostrados... creo que lo mejorariamos mucho

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  2. O.O Asimov...
    He de decir que he leido muy poco suyo (siempre aparece otro libro que me llama mas la atención cuando voy a cojer a Asimov :S).
    Muy buena reflexión, tanto el texto en sí como tu añadido; siempre se nos queda tanto por contar, parece que le ponemos cadenas a la imaginación y no la dejamos expresarse sobre el papel (o en una pantalla en estos tiempos modernos).

    Saludos

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  3. Muchas gracias a los dos por los comentarios. Y si os pica la curiosidad de leer a Asimov, no la dejeis escapar. Cada palabra suya merece la pena

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